El dia de hoy fue cumpleaños de una de mis compañeras de clase. Mariana Margarita nos invitó amablemente a partir su pastel dentro del salón 31R. No lo hubiera hecho, antes de que pudieran impedirlo Andrea (la que se cree inglesa) ya había conectado una computadora a las bocinas del salón (con ayuda del buen Aranda).
Empezaron a sonar las mañanitas más guapachosas que he escuchado en mi vida. La velita del pastel, en este caso, era una servilleta enrollada y medio encendida.
Como Mariana no tuvo fiesta de 15 años decidimos organizar una. Sí, en el salón. Empezaron a sonar elegantísimos temas como Carmen, El cucu, La culebra, Amor de mis amores, entre otros. El sonido llegaba hasta la explanada del oratorio, la gente se empezo a unir a la fiesta imporovisada y acudía al salón para bailar, cumbia, quebradita, salsa o lo que la lista de reproducción "Pachanga" de iTunes dispusiera.
Pronto los alumnos de otras carreras que convivían en la explanada del oratorio, contagiados con la música, empezaron a bailar. La fiesta termino con la llegada de la profesora de guión que estaba dispuesta a seguir la fiesta al terminar la clase.
- Usted proponga y yo dispongo... le contestó Mariana
La fiesta más original a la que he asistido.